domingo, 25 de noviembre de 2012

La pasión de vivir. El caso de Nellie Bly


“Pink”, le decían de niña, por su ropa de ese color. Procedía de una familia acomodada, hasta que su padre muere y pasa por serias dificultades. Su madre se casó con un hombre de quien recibió maltratos. Su vida se volvió… ¡gris obscuro!

Elizabeth Jane Cochran (1864-1922), quien vivió con pasión bajo el seudónimo de Nellie Bly. deseaba  ser profesora,  al  no poder pagar sus estudios, con pesar, desiste.

Estas desdichas, no la atemorizaron, al contrario fueron  experiencias que las aprovechó para despertar su poder interior, para tomar decisiones que configuraron su propio destino, un destino pleno de la pasión de vivir.

Como ella, en cuantas ocasiones las mujeres se sienten acorraladas, pero no se rinden, se arrojan hacia adelante y extienden su psique, su alma, su pasión por la vida.

Probablemente tú, que estás leyendo este artículo, lo has vivido, has creído fervientemente en la singularidad de tu espíritu para salir adelante y…avanzar.  Así lo hizo Nellie Bly.

A raíz de un artículo que publicó el periódico Pittsburg Dispatch “¿Para qué sirven las mujeres?”  En el cual se critica a las mujeres que quisieran tener una educación o una carrera, afirmando que ellas deberían centrarse en el trabajo de casa. Nellie Bly, envía una carta contestataria, en la cual muestra su indignación por la actitud machista de la publicación. El director, impresionado por la pasión de esta defensora de la mujer, le ofrece escribir en el rotativo. Ese fue el principio de su carrera periodística. Su edad, 16 años.

De la pasión de esta pequeña gran mujer, nos  platica Jorge Galeano en su libro “Los hijos de los días”:

“En la mañana del 14 de noviembre de 1889, Nellie Bly emprendió su viaje. Julio Verne no creía que pudiera dar la vuelta al mundo ella sola, en menos de ochenta días. Pero Nellie abrazó, con pasión, al planeta en 72 días, mientras iba publicando, crónica tras crónica, lo que veía y vivía.

Para escribir sobre México, se mexicanizó. Tanto que el gobierno de México asustado, la expulsó.

Para escribir sobre las fábricas, trabajo de obrera. Para escribir sobre las cárceles, se hizo arrestar por robo.

Para escribir sobre los manicomios simuló locura y tan bien actuó, que los médicos la declararon loca de remate; y así pudo denunciar los tratamientos psiquiátricos que padeció, capaces de volver loca a cualquiera.

Cuando Nellie tenía 20 años, el periodismo, en Pittsburg y en el mundo, era cosa de hombres. Pero la pasión de Nellie lo hizo de las mujeres también.

Treinta años después publicó las últimas crónicas, esquivando balas en la línea de fuego durante la primea guerra mundial.
  
Al respecto, ¿tú que opinas? ¿Las mujeres sólo sirven para trabajar en casa? ¿Por qué? ¿Qué vives con verdadera pasión? ¡Comparte con nosotros!

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